Uno de los proyectos musicales más originales, misteriosos, perturbadores e inquietantes que conozco se llama Stalaggh, y su fama no proviene únicamente de su sonido: las increíbles historias y teorías que giran alrededor de este grupo definitivamente actúan como potenciadores de su imagen.
Las identidades de sus integrantes se desconocen, pero hay quienes sostienen que su formación incluye a varios músicos consagrados y reconocidos. Tampoco se sabe con exactitud de dónde provienen; se supone que de algún sitio “entre Bélgica y Holanda”. Y, presuntamente, se formaron con el objetivo de transmitir y expandir el nihilismo y la misantropía, aunque obviamente esto tampoco está confirmado. Lo único seguro es que se toman su anonimato muy en serio.
El núcleo del proyecto es la forma en la que la crean sus grabaciones y sus discos: los miembros de la banda trabajan con pacientes de hospitales psiquiátricos -quienes muchas veces tienen pasados muy violentos y controversiales- y les dan una única indicación: gritar. De esta manera buscan capturar lo que consideran que es el “verdadero dolor y sufrimiento humano”. Estos alaridos posteriormente son utilizados como elementos centrales de los álbumes; e incluso, uno de los pacientes que estuvo presente en más de una grabación, luego de pasar por un episodio psicótico, realizó parte del arte gráfico de la banda.
Sin embargo, como anticipé al comienzo, nada de todo esto está confirmado y el grupo se mantiene muy cómodamente en el misterio de su preciado anonimato. Lo que queda es, simplemente, atreverse a escuchar la discografía, y permitir que el miedo y el horror nos entren por la piel.